Una mirada hacia la inclusión

 Mirtha Idalia Niño Lerma

 Tamaulipas

 02 de Agosto del 2024

#Tamaulipas #Inclusión #Aprender #PremioABC #DocenteABC #Tamaulipas 

Comparte este artículo:

La atención a la diversidad representa uno de los mayores desafíos del Sistema Educativo Mexicano. Si bien, la inclusión y la equidad son dos ejes rectores que resaltan en la Nueva Escuela Mexicana, sin lugar a duda defender el derecho a la educación implica construir y reconstruir acciones que permitan garantizar que las niñas, los niños y los adolescentes participen, estén presentes y sobre todo, tengan las mismas oportunidades de ser escuchados.

La educación avanza hacia un enfoque integrador e inclusivo con experiencias de éxito que posibilita el logro de una educación total. Es decir, un enfoque en donde cada agente educativo cumple una función priorizando la atención oportuna a la población más vulnerable que también es diversa, por eso he querido presentarles esta narrativa que florece en la Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER) como una modalidad de la Educación Especial.

Nos ubicamos en el nivel de secundaria donde el trabajo de la USAER es incidir en ofrecer una educación de calidad, inclusiva y con igualdad de oportunidades a una población diversa lo que representa el mayor desafío para facilitar el aprendizaje significativo a cada estudiante.

Las experiencias inclusivas nos permiten trabajar colaborativamente para mejorar las prácticas pedagógicas, porque hablar de ajustes razonables va más allá de dominar el diseño curricular, de hacer modificaciones a los contenidos, a las actividades o a la evaluación; implica observar cómo los estudiantes son capaces de transformar su pensamiento, sus ideas, su lógica, pero sobre todo, reconocer cómo disfrutan aprender con sus iguales.

Y son estas historias las que casi no se conocen, por eso quiero compartirles esta historia que comenzó al inicio del ciclo escolar 2020-2021. Una de las estrategias que aplicamos es detectar oportunamente a la población con alguna condición que es prioritaria atender.

En el mes de febrero del 2020 en las inscripciones anticipadas la escuela nos indica que se inscribió un alumno ciego. Empezamos a monitorearlo desde ese tiempo, sin embargo, la educación enfrentaría una de las situaciones más difíciles por la pandemia COVID-19 el cierre de las escuelas. Por tanto, no imaginábamos cómo llegar a nuestros estudiantes, siendo la población más segregada pues no se sabía cómo atenderlos. 

Como directora de la USAER empezamos a generar diversas estrategias para capacitar primero a los docentes inclusivos, buscar expertos en materia de tecnologías, asesorarnos de manera virtual. Fue y es el mejor reto donde como colectivo docente logramos. Nos preparamos por siete meses y nos acercamos a la escuela para ofrecer un plan de intervención pues seguiríamos en línea. Toda la comunidad educativa aceptó el reto y fue así como iniciamos un aprendizaje colectivo encontrando la mejor fortaleza de nuestro estudiante J.C. que conocía el uso de la tecnología, y eso fue la mejor experiencia donde juntos estábamos a la distancia aprendiendo.

Así iniciamos en ciclo escolar 2020 con una asesoría de manera virtual aprendiendo como ofrecer aprendizaje significativo por medio de la accesibilidad virtual. Imaginen aprender formatos accesibles en Word, en Power Point, diseñar videos desde su casa donde J.C. podía leer a través de un navegador, y participar con sus compañeros en igualdad de oportunidades.

Fue todo un desafío pues lograr estar presente a través de la plataforma virtual que la escuela dispuso como estrategia para llegar a todos los estudiantes, acceder a los contenidos, las actividades, los recursos, los exámenes y participar en las asignaturas de español, matemáticas, inglés, artes, ciencia y tecnología, geografía, educación socioemocional fue el mejor viaje de aprendizaje.

Concluimos el primer año sensibilizados y concientizados en poder garantizar el derecho de aprender. Ahora nos tocaba regresar de manera presencial y J.C. no quería; tuvimos que generarle seguridad, confianza, para que se presentará con sus compañeros logrando destacar el deseo de todos por colaborar para poder convivir, para descubrir cómo era su escuela siendo guías, de compartir lecturas, y estar en un contexto tan diverso.

Hoy J.C. concluyó la secundaria y este hecho me convence de que la igualdad de oportunidades es para todos. Requerimos romper el paradigma de la enseñanza y ofrecer una diversidad de estrategias para enriquecer los saberes; para darle acompañamiento, asesoría a la escuela, a los maestros, a los padres de familia, a los estudiantes, pero sobre todo a nuestro alumno que aprendió con el uso de recursos tecnológicos y es el mejor ejemplo de inclusión.

Logramos avanzar en la atención a la diversidad con una actitud proactiva, con el compromiso de todas y de todos, haciendo uso de los talentos de cada uno de los que participamos en el Plan de Intervención, el cual incluyó gestionar espacios, capacitaciones, sensibilizaciones, nuevas formas de planear, utilizando también el enfoque sensoperceptivo porque teníamos que ofrecer a J.C. lo que existía a su alrededor para aprender de la naturaleza, de los sonidos, de los colores. Y aprendimos de él porque nos detenía y nos enseñaba que la paciencia era la mejor forma de estar, de participar, de ser inclusivo.

Este es el caso de muchos estudiantes, por eso lo importante es renovar la forma como se concibe la inclusión. Cada día nos enfrentamos a nuevos retos, a nuevos desafíos y como agentes de cambio tenemos la responsabilidad de transformar las prácticas para que todos puedan aprender.

La objetividad del quehacer docente representa la evolución del aprendizaje, porque a partir de la forma de enseñar se estimula el pensamiento de cada alumna y alumno revisando el grado de satisfacción a través de instrumentos para descubrir cómo se encuentran en el aula, qué es lo que les hace falta y construir con ellos aprendizajes reales, es decir observar y potencializar la atención, la memoria, la comprensión, el razonamiento, no sólo para obtener un criterio aprobatorio, por eso se necesita de proyectos de intervención donde juntos se construyamos los aprendizajes indispensables para las y los alumnos con discapacidad, beneficiando con ello al resto de las y los estudiantes. 

Mirtha Idalia Niño Lerma

 Tamaulipas

Profesora de Educación Preescolar por la Escuela Normal de Educadoras Rosaura Zapata egresada en 1986, Licenciada en Educación Media Superior con Especialidad de Ciencias Sociales, por la Normal Superior de Tamaulipas, en 1992, es Master en Gestión e Intervención Educativa por la Universidad Autónoma de Tamaulipas, (2017) cuenta con Diplomado en Atención al Desarrollo y Bienestar Infantil por el Centro de Rehabilitación de Educación Especial. Con 37 años de experiencia docente, se ha desempeñado como maestra de educación inicial, educadora, maestra de apoyo en los servicios de Educación Especial: CAM Y USAER; además de ser Asesora Técnico Pedagógica de la Dirección de Educación Elemental. Actualmente es directora de la USAER 88 G de la Zona Escolar 10 de Educación Especial. Ha desarrollado cursos de capacitación para el nivel de secundaria con énfasis en la inclusión y la equidad; colabora con los cuadernillos para docentes del nivel de secundaria ofreciendo estrategias y orientaciones para la atención hacia la diversidad, y para el nivel de Educación Especial colaboró diseñando estrategias sobre la discapacidad visual. Como investigadora ha participado como ponente en diferentes congresos locales y nacionales haciendo énfasis en la atención a los estudiantes que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación con y sin discapacidad. Ganadora del Premio ABC 2021 en la categoría Ser Comunidad con el proyecto Clases en tu hogar Radio. Actualmente es estudiante del Doctorado de Políticas Educativas en el CRETAM.

CAPÍTULOS DE MEXICANOS PRIMERO