

Hacia el cierre de ciclo escolar 2024-2025
María de Lourdes Sánchez Vélez
Tamaulipas / Supervisora Escolar
13 de Junio del 2025
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Nuestra profesión, a diferencia de otras, tiene la oportunidad de vivir un proceso cíclico. Cambiar de ambiente, conocer gente nueva cada vez.
Los procesos cíclicos suponen tener un inicio, un desarrollo y un cierre; es en ese cierre que se da un preámbulo a un nuevo comienzo, y esto nos ayuda a tener nuevas aperturas, nuevos retos, nuevas ideas y, por supuesto, mejores soluciones.
Mirar el ciclo desde varias ópticas, desde los diferentes actores de la escuela, implica reconsiderar el verdadero sentido de la educación. Por ello, es importante reflexionar sobre lo que sucede al final de cada ciclo, es frecuente encontrar opiniones de desánimo:
Las y los alumnos creen que como ya fueron evaluados, no es necesario realizar otras actividades y prefieren pasar su tiempo en casa o jugando.
Los padres, madres o tutores, que suelen involucrarse en los temas escolares, pierden interés cuando consideran que ya no es importante que sus hijas e hijos acudan a la escuela a realizar otras actividades distintas a lo propiamente académico, como jugar o ver películas. Prefieren ahorrar el gasto de gasolina o pasajes, lonche y ya no quieren levantarse temprano.
Algunos docentes tienen la creencia de que lo que se aprendió, se aprendió y ya no hay mucho que rescatar al final del curso; y las autoridades son de la idea que, si los maestros entregan todos los documentos a tiempo, ellos sabrán cómo hacer para organizarse con sus alumnos por el tiempo que les queda.
Con todas estas creencias, considero que es necesario hacer un ajuste a la visión de cómo sería una educación transformadora y, por lo tanto, cómo queremos que culmine un ciclo escolar. En mi experiencia personal y profesional, y en base a las observaciones sobre las actitudes ligeras hacia el cierre del ciclo escolar, después de haber culminado actividades evaluativas, proyectos, aprendizajes, veo un espacio por llenar para seguir en clases.
Algunas escuelas convocan a encuentros deportivos internos, otras a la elaboración de trabajos manuales, unas más realizan actividades artísticas, todas estas después de una media jornada académica.
Sean actividades de reforzamiento académico, encuentros culturales o deportivos, no debemos olvidar que muchas veces al final del ciclo se despiertan aprendizajes que habían estado adormecidos en algunos estudiantes y que nos pasan desapercibidos por la algarabía del término de las jornadas.
De nosotras y nosotros depende detonar entusiasmo, para no dejar caer el ciclo por la engañosa idea de que ya se acabó.
Sugiero a mis colegas que no nos relajemos, tengamos ideas creativas para cerrar dignamente un ciclo, porque en las interacciones escolares es donde aprendemos en comunidad. También puede haber alumnos que la pasen mal en casa y prefieren estar en la escuela; pues que sea la escuela quien brinde esas últimas caricias del año escolar.
También es necesario tomar en cuenta que, en algunos casos, una parte de las y los alumnos, maestros o directivos, no coincidirán el próximo ciclo escolar; siempre hay alguien que no vuelve, por eso es mejor disfrutar de la compañía de los integrantes del grupo escolar que, seguramente sufrirá cambios en el próximo, y no somos conscientes de ello.
Así que, por varias razones, es preferible terminar dignamente el ciclo escolar, con ideas creativas, que para eso el docente se pinta solo.
Sí, estamos cansados por el ajetreo cada vez más intenso, pero el tomar nuevas fuerzas brinda a nuestros estudiantes nuevas oportunidades de aprendizaje y de cambios de actitud.
Si no hay tiempo de poner mucho esmero en las actividades para este cierre, pueden elaborarse ferias de aprendizaje sencillas, o mínimo se puede escribir una carta a nuestras y nuestros estudiantes y ellas y ellos a nosotros; o intercambiar pequeñas cartas entre estudiantes explicando lo que aprendieron y agradeciendo el tiempo que pasaron juntos, como unas memorias del grupo en un mural en el salón. Eso nos traerá fuerza y esperanza para recomenzar.
Las y los estudiantes van de paso, seamos quienes dejan buenas huellas imborrables y reflexionemos sobre ¿Cómo cerrar el ciclo de manera inolvidable?

María de Lourdes Sánchez Vélez
Tamaulipas / Supervisora Escolar
Es maestra de formación normalista. Cuenta con más de 25 años de experiencia como docente de Educación Primaria. Durante siete años se desempeñó como Asesora Técnico Pedagógica en el área de Lenguaje Oral y Escrito, y desde hace un año y medio es Supervisora de la Zona Escolar 211 de primaria en Jaumave, Tamaulipas. Es maestra en Investigación Educativa y actualmente cursa el doctorado en Políticas Educativas. Está certificada como evaluadora por el extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), y ha participado como integrante del Comité de Diseño de Reactivos para la Evaluación Docente convocado por la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM).