

Escuchar para acompañar: La Participación de Niñeces y Juventudes en la Construcción de Comunidades Educativas
Analuci Ayora Vázquez
Premio ABC 2010/ Yucatán
07 de Febrero del 2025
#Yucatán #Niñas #Niños #PrácticasNarrativas #NuevaEscuelaMexicana
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Las escuelas han sido tradicionalmente espacios en los que las infancias y juventudes son concebidas como “personas en desarrollo” y no como protagonistas con capacidad de agencia. Desde un enfoque adultocentrista, se les asigna el rol de receptoras de conocimiento, en lugar de reconocerlas como expertas en la construcción de sus propias narrativas. Sin embargo, es necesario cuestionar estos paradigmas y construir nuevos significados sobre la participación de las niñeces y juventudes en sus comunidades.
Las prácticas narrativas nos invitan a mirar más allá de los discursos dominantes que han delimitado los espacios de participación de las infancias. Nos ayudan a reconocer que cada niña, niño y adolescente es portador de historias, saberes y experiencias que pueden transformar su realidad.
En este sentido, la escuela no solo debe ser un lugar de transmisión de conocimientos, sino un espacio donde las voces de las niñeces sean escuchadas, validadas y tejidas colectivamente con la comunidad educativa.
"Cuando el profesorado valida clasificaciones que etiquetan a las niñeces, se contribuye a establecer parámetros de lo aceptado y lo rechazado dentro del espacio educativo". Esto nos invita a reflexionar sobre cómo, en lugar de encasillar a las personas estudiantes dentro de etiquetas fijas, podríamos abrir conversaciones que les permitan reconstruir sus propias identidades a partir de sus fortalezas, habilidades sueños y esperanzas para encontrar en la escuela un lugar de pertenencia y participación.(Ayora y Pérez 2024)
Si pensamos en la educación desde una perspectiva narrativa, podemos imaginar a las niñeces como autoras y protagonistas de sus propias historias. Esto implica no solo generar espacios de escucha, sino también promover proyectos comunitarios en los que sus voces sean determinantes.
Desde iniciativas ecológicas, hasta propuestas culturales y de acción social, el involucramiento de niñas, niños y adolescentes en la escuela y su comunidad permite fortalecer el sentido de agencia y corresponsabilidad.
Un ejemplo claro se da cuando las niñeces son incluidas en la toma de decisiones dentro de sus escuelas. Preguntas como: ¿Qué queremos aprender?, ¿cómo podemos mejorar nuestro entorno?, ¿qué necesitamos para sentirnos parte de esta comunidad?, ¿qué estrategias podemos usar frente a …? , pueden abrir la puerta a conversaciones ricas en posibilidades.
A partir de estas y otras preguntas, es posible co-construir proyectos que no solo atiendan necesidades inmediatas, sino que también fortalezcan la identidad y el sentido de pertenencia de quienes participan.
Las prácticas narrativas en la educación nos invitan a asumir que los cambios significativos no solo vienen desde las estructuras institucionales o los cambios curriculares, sino desde los diálogos cotidianos que tejemos con las niñeces y juventudes. Al reconocerles como narradoras legítimas de sus propias historias, abrimos la posibilidad de imaginar comunidades más justas, equitativas y llenas de significados compartidos.
En el marco de la Nueva Escuela Mexicana, esta perspectiva nos recuerda que la educación no solo es la transmisión de conocimientos, sino la posibilidad de transformar el mundo a través de la palabra, la escucha y la acción colectiva.
Es momento de narrar nuevas historias donde las infancias y juventudes sean las protagonistas de su aprendizaje y de la construcción de sus comunidades.

Analuci Ayora Vázquez
Premio ABC 2010/ Yucatán
Ha sido docente, directora y supervisora escolar por más de 30 en Yucatán. Fue ganadora del Premio ABC en 2010. Actualmente, forma parte del equipo de Mexicanos Primero Yucatán y del Colectivo Tsikbal Prácticas Narrativas. Promueve procesos educativos centrados en las fortalezas, habilidades y sueños de quienes aprenden. Además, ha colaborado con educadores de distintas partes del mundo a través de la Fundación Edupoiesis y la Red de Proyectos Educativos en México, así como con el Instituto Relacional de Barcelona. Su trabajo está centrado en la alfabetización inicial, la promoción de la lectura y la transformación escolar desde la pedagogía del reconocimiento y las prácticas narrativas.