El inicio y final de un ciclo, una aventura más

 María Sanjuanita Pérez Rincón

 Tamaulipas /Docente de Primaria

 18 de Julio del 2025

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Los inicios de ciclo escolar siempre son difíciles tanto para las familias, como para las y los maestros, que si la lista de útiles, los uniformes, la mochila, el nuevo docente, el nuevo grado, pero, ¿quién habla de los finales?, el tener que decir adiós a una rutina, a esas caras de las niñas y los niños que un día recibiste siendo desconocidos y se convirtieron en familia y el sinfín de sentimientos encontrados por el final de una aventura, pero siempre pensando en la próxima.

Finalizar un ciclo escolar va más allá de llenar documentación, entregar calificaciones o cambiar de salón, se cierra un capítulo en la vida de las y los estudiantes y sus docentes, donde un fragmento de nuestro corazón se va con esos estudiantes que recibimos al inicio de año y que ahora pasan a otro grado o nivel.

Desde la trinchera de nuestro escritorio comenzamos a decir adiós en silencio a las cuatro paredes que nos cobijaron por meses, a nuestro material didáctico y a esas niñas y niños que han crecido y madurado, pero que también han aprendido y jugado.

Ahora las y los entregamos a sus padres un poco más curiosos y creativos, porque esto solo es el final del inicio de una nueva aventura.

Dicen que las y los maestros estamos locos, que somos raros y rebeldes, pero que también contamos con una gran creatividad, originalidad, innovación y diversión, que hacemos las cosas de forma distinta; por ello, nuestra mente piensa en el final pero también en el inicio de un nuevo ciclo, es así como comenzamos a maquinar diversas ideas que ayuden a nuestros alumnos en los últimos días de clase. Y no tiene que ser totalmente de índole académico, sino que hacemos diferentes transversalidades con el arte (danza, teatro, pintura, música) y lo deportivo. 

Cambiamos las cosas, empujamos hacia adelante y remamos con más fuerza que otros. Podrán considerarnos locos, pero recordemos que las personas que están lo bastante locas para creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo logran.

Con el fin de ciclo escolar, despedimos a una generación y recibimos a una nueva, siempre diferente, con nuevas ideas y cada vez más tecnológicas; por ello resulta fundamental que con el paso de los años tengamos la capacidad de adaptarnos a lo que nos pide la sociedad, porque esta adaptación nos permite entender y conectar mucho mejor con nuestros estudiantes.

Debido a las grandes transformaciones del siglo XXI –las cuales demandan nuevas formas de enseñanza y aprendizaje–, el papel del docente ha ido transformándose considerablemente, es por ello que invito a mis colegas que más que tratar de terminar proyectos o actividades, disfrutemos de la compañía de nuestros estudiantes; que a pesar de la carga laboral y el estrés que significan estos últimos días, tratemos de darles recuerdos memorables y creemos con ellos memorias que traspasen fronteras, ya que son estos recuerdos los que pueden marcar la diferencia en cada estudiante.

Cuando se termina un ciclo escolar, también inicia la aventura de pasar tiempo con nosotros, por eso una buena opción es expandir nuestros horizontes y salir de nuestra zona de confort al visitar nuevos sitios de interés como un museo, el zoológico, un acuario, galería o un lugar que esté cerca de nuestra comunidad y, ¿por qué no?, visitar un nuevo municipio o estado que nos brinde herramientas de aprendizaje y momentos de convivencia que podamos poner en práctica en nuestro quehacer educativo con nuestros próximos estudiantes.

La educación, vista desde un paradigma humanista, nos invita a tener a los estudiantes como el eje central del modelo educativo, y es aquí donde la empatía del docente toma fuerza, pues no hay maestra o maestro que sin empatía pueda dejar huella en sus alumnos.

Un docente debe tener la capacidad de ponerse en los zapatos de otro, saber escuchar, enseñar desde el respeto, la cortesía y la amabilidad, pero también defender los momentos de risa y diversión como un arma tremendamente efectiva a la hora de enseñar; aprender también desde el corazón.

Por ello los invito a reflexionar ¿Cómo el final de un ciclo se vuelve el inicio de una nueva aventura?, ¿Soy la docente que yo misma necesité de niña? 

María Sanjuanita Pérez Rincón

 Tamaulipas /Docente de Primaria

Es licenciada en Educación Primaria, egresada de la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas, con Maestría en Innovación Educativa por parte de la Universidad Pedagógica 281. Cuenta con 7 años de servicio y actualmente se desempeña como docente frente a grupo en la Escuela Primaria Miguel Hidalgo del municipio de Padilla, Tamaulipas de la Zona Escolar 13, Sector Educativo 11. Su trayectoria profesional se ha desarrollado con éxito en diversos proyectos que la han hecho acreedora a diversas distinciones como lo son, la publicación del artículo “La Enseñanza de la Historia: Un Reto para el Docente del Siglo XXI”, en la revista digital EduTam, en el año 2021, edición 14; ganadora de la medalla de Reconocimiento a la Práctica Educativa 2023, con la estrategia “Rescatando nuestras tradiciones, un nuevo desafío”, participación en el 4° y 5° Foro de Buenas Prácticas Docentes, y en el libro digital por parte de Grupo Loga, con la sistematización de dos buenas prácticas educativas “HistoriaBooks Café” en el año 2024 y “Las voces de mi comunidad: Café de la Rosa” en 2025. Fue representante estatal de su escuela en el Proyecto que lanzó Secretaría de Educación de Tamaulipas en 2024 “Memorabilia: honor por nuestra historia”.

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