Porque aprender importa y es mi derecho: la escuela me hace fuerte, libre y valiente

 Madeleeyn Yesenia Beas Rodríguez

 Tamaulipas / Estudiante

 19 de Septiembre del 2025

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Hola, me llamo Madeleeyn, tengo 9 años y quiero contarte una historia que cambió mi vida para siempre.

Un día cualquiera, mientras estaba en mi casa, me pasó algo que no esperaba. De repente descubrí que mi ropa estaba manchada de sangre y sentí un miedo enorme. No entendía bien qué estaba pasando con mi cuerpo. En mi cabeza había mil preguntas: ¿estoy enferma?, ¿qué me pasa?, ¿será que ya no podré correr, jugar o ir a la escuela?

Ese día me sentí confundida, perdida, como si me hubiera quedado atrapada en un lugar oscuro. No sabía a quién contarle ni qué hacer. Sentí tristeza, miedo, vergüenza y hasta pensé que algo malo me estaba pasando. Fue como si, de golpe, mi niñez se hubiera terminado.

Pero entonces, apareció alguien que me ayudó a salir de ese miedo: mi maestro César Aguilar. Él me escuchó con paciencia, me tranquilizó, me enseñó a ser fuerte y me dijo que no estaba sola, que cuento con el apoyo de mi familia, de mis seres queridos y sobre todo, de mi escuela, que en estos momentos es uno de mis lugares más seguros, además de mi casa. Gracias a él conocí a la maestra Laura Ramírez, una persona que nunca olvidaré. Ella me explicó que lo que me pasaba no era algo malo, sino natural. Con sus palabras me hizo sentir que yo seguía siendo la misma niña, con los mismos sueños y las mismas ganas de aprender.

La maestra Laura me habló de la menstruación, una señal de que mi cuerpo estaba creciendo. Me enseñó que no tenía que esconderme ni sentir vergüenza, que podía seguir yendo a la escuela, reír con mis amigas y cumplir mis metas. Me dijo algo que jamás olvidaré: “Tu menstruación no te define, te hace más fuerte”.

Ese día sentí que algo en mí había cambiado. Pasé de estar asustada a sentirme especial. Pasé de llorar en silencio a sonreír con orgullo. Entendí que mi menstruación no era una cárcel, sino una oportunidad para descubrir lo fuerte y valiente que soy.

Desde entonces, aprendí a mirarme al espejo y decirme: “Eres única, auténtica, especial y muy importante”. Cada vez que voy a la escuela con mi mochila y mi bolsita de toallas, ya no me siento rara ni avergonzada. Me siento como una guerrera que lleva consigo sus armas para seguir adelante y que nadie me detenga, porque el tema de la menstruación no es motivo de burlas o morbo, es de orgullo, vida, fuerza, autenticidad y educación; pero sobre todo, de respeto y empatía. 

La menstruación ya no me limita. Al contrario, me recuerda que soy capaz de luchar por mis sueños y propósitos. Ahora sé que ser valiente no siempre significa pelear; a veces, ser valiente es levantarte con cólicos, sonreír aunque tengas miedo y seguir aprendiendo aunque te sientas distinta.

Quiero decirles a todas las niñas que lean esto: no tengan miedo, no están solas. Sus cuerpos son sabios y maravillosos, la menstruación no es una maldición ni un secreto feo; es una parte de crecer. Y aunque al principio pueda asustarnos, también puede darnos alas para sentirnos más libres y valiosas.

Gracias a mi maestro César y a la maestra Laura hoy me siento más segura de mí misma. Ellos me enseñaron que nada debe detenerme, ni siquiera mi menstruación. Ellos me hicieron creer en mí, levantar mi autoestima y descubrir que cada día puedo ser mejor persona.

Yo soy Madeleeyn, tengo 9 años, y hoy sé que mi menstruación no me define: lo que me define es mi fuerza, mis sueños, propósitos y mi derecho a aprender. Y tú, igual que yo, eres fuerte, valiosa y única. Nunca lo olvides: nacimos para volar. 

Madeleeyn Yesenia Beas Rodríguez

 Tamaulipas / Estudiante

Es estudiante originaria de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Es la única hija de David Antonio Beas Jiménez y Karla Jazmín Rodríguez Limón. Estudió en el Preescolar en Villa de Aguayo. Hoy cursa el cuarto grado en la Escuela Primaria Venustiano Carranza y forma parte del cuadro de honor de las y los estudiantes de la escuela.

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