

Mi experiencia como madre de familia
Nayeli Martínez
CDMX
07 de Marzo del 2025
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Soy madre de 3 hijos de 21, 10 y 5 años. En mi experiencia familiar he notado la importancia de la educación tanto en casa como en la escuela. Es nuestra responsabilidad como madres y padres de familia enseñarles a nuestros hijos valores, equidad, principios y respeto, y para ello, es necesario tener claro cómo hablarles, como reaccionan nuestros hijos según su temperamento y personalidad.
También me he dado cuenta, y me atrevo a decir, que es importante que en las escuelas las y los profesores cuenten con estos mismos principios y herramientas básicas de gestión emocional, ya que en el transcurso de los años de la educación escolar de mis hijos me doy cuenta de que como sociedad muchas personas no tienen esas habilidades fundamentales para la educación.
Considero fundamental que las y los profesores cuenten con herramientas de comunicación adecuadas, de sensibilidad y gestión emocional para la práctica docente, ya que a largo plazo la falta de estas herramientas, puede tener repercusiones importantes en la vida de nuestros niños.
En mi experiencia como madre, he comprobado que cuando un profesor tiene la sensibilidad y la preparación profesional adecuada y sabe tratar a un niño con respeto y a su ritmo, el niño sigue adelante con sus estudios y aprende pese a las limitaciones que pueda presentar; pero también, he visto la otra cara de la moneda; cuando no hay comprensión ni sensibilidad, el niño o la niña se frustra y no sigue adelante, odia la escuela y cualquier tema que tenga que ver con el aprendizaje.
Por ello, se requiere un compromiso de ambas partes: docentes y familias, para poder crear un entorno óptimo a través de la motivación y el ejemplo, y que la escuela pueda cumplir con su papel de formar una parte importante de la identidad de cada persona.
También sé que es importante el compromiso que debemos tener como madres y padres de familia para con nuestros niños y niñas, educándolos en un entorno de respeto y tolerancia hacia sus semejantes y hacia las autoridades escolares, ya que de ahí parte su educación y su vida adulta.
En lo personal me comprometo y atiendo cada una de las necesidades de mis hijos, aunque es complicado si no se cuenta con el apoyo de las y los maestros, ya que el entorno en el que se desenvuelven todos los días repercute en el día a día de mis niños, motivándolos o desmotivándolos a estudiar, a aprender algo que a veces no les queda claro; lo ideal es que no les dé miedo preguntar por la reacción del maestro, que el maestro les transmita seguridad en vez de gritos.
En casa hago lo posible por enseñarles a convivir, a tolerar y a gestionar sus emociones ante situaciones de estrés que el entorno del salón de clases pueda ocasionarles.
Así como los maestros piden ese apoyo y ayuda para un mejor comportamiento y aprendizaje de nuestros hijos, hago también un llamado a las maestras y maestros para que nos apoyen a las madres y los padres de familia con guías de tolerancia, respeto y de educación en valores, gestión emocional y resolución de conflictos, para que las niñas y los niños aprendan y mejoren en el aula, se disminuya el bulliyng y otros conflictos de temas personales que se viven en las escuelas.
Si como madres, padres y docentes estamos bien preparados, no cabe la menor duda de que nuestra sociedad va a mejorar, de que niñas y niños crecerán siendo personas sanas y aportarán cosas buenas al mundo, la invitación es a que seamos un gran equipo.

Nayeli Martínez
CDMX
Estudiante de sicología. Mi experiencia como mamá, ha sido lo más bello y subjetivo que puedo vivir, es gratificante, laborioso, a veces doloroso, ser mamá, me ha dado retos importantes que superar, alegrías que festejar, y sobre todo cambios que no hubiera logrado sin mis pequeños maestros de vida (mis hijos), que me enseñan y acompañan en cada paso. Cada uno es mi motor, ellos, me inspiran, me motivan, me abren los ojos al mundo de ser mamá de tiempo completo, no me dejan rendir, ellos son mi fuerza para superarme a mí misma, y agradezco cada día que estén en mi vida; gracias a ellos he logrado mis metas, y son la razón de seguir adelante, para apoyarlos y ayudarlos a que sean personas de bien, honorables, honrados y sobre todo, buenos seres humanos.